Se acerca el día más esperado del mundo para celebrar el amor con tu pareja, porque en los 364 días restantes del año, parece que no se practica. Es inevitable ver que San Valentín se ha convertido en una excusa comercial para que los consumidores gasten y gasten en estas fechas tan “vacías”.
Pero esto no es tan solo problema de los comercios, también es un problema de los consumidores, ya que cuanto más necesidades demuestran tener, más se les ofrece, esto es, la ley de la oferta y la demanda en su estado puro.
Según una encuesta de la Asociación Española de Consumidores que ha realizado a más de 5000 españoles para conocer la tendencia de consumo en San Valentín, el 59 % de estos lo celebrará de alguna forma el próximo 14 de febrero y les costará una media de unos cien euros (95,48 euros).
Este evento hace que los comercios aumenten sus reservas de productos, influyendo en el doble de producción de las fábricas, y en el doble de impacto en la cadena de distribución.
Análisis de los productos más consumidos en San Valentín
En un estudio reciente sobre los productos que más se consumen durante esta fecha, estos han sido los que más destacan:
Esto supone realmente un problema, ya que podemos observar que la mayoría son productos tangibles, salvo un pequeño porcentaje de experiencias o servicios, lo que provoca el aumento de las producciones.
¿Qué pueden hacer los locales para evitar empeorar esta situación?
En primer lugar, ser conscientes del problema que supone esta fecha y todo el impacto que ejerce, aunque fomenta la economía, perjudica drásticamente el medio ambiente.
Aun teniendo en cuenta lo anterior, es imposible pedirle a un negocio que deje de vender u ofrecer productos en un día que le beneficia, ya que si este no dispone de los productos que el consumidor necesita, buscará en otros sitios como las grandes cadenas que producen todo en grandes cantidades y perderá un cliente potencial.
Por lo que recomendamos a los locales que tengan en cuenta los siguientes puntos:
- Salvo que sean productos alimenticios de corta caducidad o flores, el local se puede anticipar a esta fecha realizando pequeños pedidos adicionales al pedido habitual de mercancía y generando pequeñas reservas a lo largo del año para este día, sin necesidad de hacer un pedido extremadamente grande en el último momento.
- No caer en la tentación de “mejor tener productos de más, que quedarse sin ellos” porque al final siempre sobran.
- A la hora de ofrecer productos en esta fecha, optar por aquellos que sean hechos a mano, locales, o artesanales, ya que diferencia mucho de los productos de grandes cadenas, al ser únicos, y al no requerir de un largo recorrido hasta el local.
- Se sabe que la decoración del local aclimata muy bien a los clientes, e incluso les incita a comprar, pero una decoración excesiva puede resultar negativa para el comprador, así que tiene que ser justa y siempre reutilizando la decoración de otros años.
¿Qué pueden hacer los consumidores para evitar empeorar esta situación?
Los consumidores, al igual que los comercios, tienen que tener en cuenta el problema de esta situación, y entender que demandar productos en un día así, solo perjudica la sobreproducción y el impacto ambiental de todo lo que hay detrás de ella.
Así que si eres un consumidor, deberías tener en cuenta lo siguiente:
- El amor se demuestra en pequeños detalles (no necesariamente tangibles) del día a día, no en un solo día de los 365 que tiene el año.
- Se puede utilizar esta fecha como una excusa más para hacer un pequeño detalle, y si se hace, hay que optar por locales tradicionales o de barrio, donde tienen una diferente variedad al ofrecer productos locales e incluso artesanales.
- Salvo que uno esté muy seguro de su compra, intentar no caer en el consumismo y regalar lo primero que se encuentre, porque puede no gustarle a la pareja. Y si se está totalmente seguro, siempre pedir el ticket regalo por si acaso.
Con estos pequeños consejos, tanto para consumidores como para los locales, podemos disfrutar del amor en San Valentín de forma normal y tranquila, evitando que el consumismo se descontrole, generando más producción, y en consecuencia más contaminación por la cadena de distribución y la cantidad de productos que se quedarán sin haber sido vendidos.
